El cambio climático es una realidad y para evitarlo muchas empresas y multinacionales firman unos compromisos en papel que luego no cumplen. Un ejemplo claro es la transición energética de los fondos de inversión como BlackRock y Vanguard que se queda en papel mojado. ¿Por qué?

La transición energética de los fondos de inversión es una mentira

La apuesta por el medio ambiente, reducir la contaminación y apostar por las energías sostenibles son palabras muy bonitas y una publicidad que muchas empresas y bancos se han comprometido.

Esta presión por reducir la huella de carbono resulta que es una mentira.

Para muestra un dato, BlackRock, o lo que es lo mismo, el mayor fondo de inversión del mundo, contribuyó en 2020 a enviar a la atmósfera más de 330 millones de toneladas de gases de efecto invernadero.

Este envío de gases equivale a la contaminación de 71 millones de vehículos. Estas cifras no son inventadas por los ecologistas, son los datos revelados por la misma compañía cuando publicó las emisiones el pasado mes de diciembre de 2021.

Si realizamos un análisis de los datos resulta que estos son equivalentes a las emisiones absolutas asociadas a más del 65 por ciento de su cartera.

En otras palabras, casi dos tercios de la cartera de inversiones de 10 billones de dólares que tiene BlackRock contamina.

BlackRock uno de los fondos de inversión más grandes del mundo apuesta claramente por el carbón

Para reducir este impacto, BlackRock se comprometió a contaminar menos tal y como anuncian en su página web, al margen de sus compromisos firmados en los Acuerdos de París.

A pesar de las reiteradas promesas de emitir cero emisiones o de contaminar menos BlackRock sigue contaminando. En una carta anual enviada a los consejeros delegados por parte de Larry Fink, el director general de BlackRock decía lo siguiente:

«Las empresas, las ciudades y los países que no planifiquen un futuro sin emisiones de carbono corren el riesgo de quedarse atrás«

Esta frase se queda en una mentira cuando descubrimos que BlackRock ha invertido miles de billones de dólares en carbón en 2020 y en 2021. En concreto, unos 108.787 billones en 2021 y 84.355 en 2021 con un incremento de un 29 por ciento desde hace dos años.

Visualización: Datawrapper

Vanguard y BlackRock son los mayores inversores del mundo en carbón

No solo BlackRock apuesta también por el carbón, también lo hace el grupo Vanguard, el segundo en la lista de las gestoras más importantes del mundo con una cartera de 8,4 trillones de dólares.

La inversión de Vanguard no se queda corta y es muy similar a la de BlackRock con unas cifras de 101.119 y 85.852 millones de dólares invertidos en carbón en 2021 y 2020, respectivamente.

En resumen, los bancos internacionales entre los que se encuentran BlackRock y Vanguard llevan gastados más de 1,5 billones de dólares en los últimos tres años para financiar proyectos de carbón, la fuente de energía más contaminante y que más carbono emite.

La pregunta es, ¿por qué Vanguard, BlackRock y la banca internacional apuestan por el carbón y no cumplen sus compromisos de invertir en energía limpia y renovable?

La respuesta es más compleja de lo que parece a primera vista.

La búsqueda de beneficios es lo que anima a los mercados

Por un lado, los bancos, las empresas de inversión y otras instituciones financieras están sometidos a la presión de reducir su huella de carbono ya que han firmado diferentes compromisos y acuerdos.

Por otra parte, están los intereses de los clientes a los que representan. Muchos de los clientes de BlackRock y Vanguard son empresas relacionadas con el petróleo, el carbón y países en los que los intereses del carbón son fuertes como EE.UU.

Otro aspecto a tener en cuenta es la visión de negocio de estas compañías que no es el otro que los resultados y el capitalismo tal y como reflejan las recientes declaraciones realizadas por Larry Fink al periódico The Guardian en enero de este año:

«Las políticas climáticas tienen que ver con los beneficios, no con estar despierto. Nos centramos en la sostenibilidad no porque seamos ecologistas, sino porque somos capitalistas y fiduciarios con nuestros clientes«.

Fink también afirmaba que, «la búsqueda de beneficios sigue siendo lo que anima a los mercados«, es decir, capitalismo puro y duro.

Y es que el carbón no es una cosa del pasado, parece que también es el presente, al menos mientras los mayores fondos de inversión, bancos y gestoras apuesten por él.

Aunque el carbón genera el 40 por ciento de las necesidades mundiales de electricidad, es el responsable del envío del 46 por ciento de las emisiones de carbono del mundo, según datos de la AIE o Agencia Internacional de la Energía.

Esta agencia es un grupo de vigilancia que advirtió a los gobiernos de todo el mundo que deben reducir la cuota del carbón menos del 1 por ciento para evitar el cambio climático.

Por Ivan C

Editor y encargado de la sección de noticias en Unidema. De formación periodística me apasiona la tecnología, las tendencias del mercado laboral y todo lo macro, para así entender mejor lo qué sucede en el mundo y así poder contarlo. También me puedes encontrar en: https://www.superacion.net/