En el último estudio publicado por Unidema Research en relación a la Coyuntura económica de España para este primer cuatrimestre de 2022, destacan los datos de paro, deuda pública y el Índice de Gestores de Compras (PMI), indicadores todos que ponen de manifiesto la desaceleración que está por venir.
Respecto el PMI “que tiene en cuenta el volumen de pedidos de muchas empresas, su producción e incluso el empleo. Si la tendencia no cambia en los próximos meses, podríamos estar viendo cómo el fantasma de la recesión se manifiesta como algo real, algo que, con la inflación de nuevo ascendente de mayo, sería un mazazo para las familias españolas” comentan desde Unidema Research”. Cierto es que el último dato publicado ofrece cierto alivio a la economía española, pues repunta hasta el nivel de 53,8 “aunque siguen estando por debajo de los valores que llevaba ofreciendo la economía española durante más de un año”.

En cuanto a la inflación, la media anual se espera que ronde el 5,4% mientras que la inflación subyacente, la que mide el aumento de los precios de los bienes de consumo a corto plazo, estará en torno al 2,8%.
Que la inflación subyacente final se pueda acabar situando en torno al 3% a final de año (actualmente está en el 4,9%), significa que la subida de los precios ya no se debe únicamente a los alimentos no elaborados o a los productos energéticos, ya que estos bienes no se contabilizan para medir la inflación subyacente, sino que se ha acabado infiltrando en otros sectores de la economía. Esto es algo tremendamente negativo por las conclusiones (la inflación ha penetrado en la economía) y por las consecuencias, ya que rompe por competo la confianza de los ciudadanos en el sistema monetario en un entorno de continua pobreza. Recordemos que una inflación del 10% (ahora mismo estamos en el 8,7%) destruye casi por completo un patrimonio en 10 años.
El panel de expertos consultados por UNIDEMA se debate entre un cierto optimismo y una profunda preocupación por lo que muestran los datos.
En el último estudio cuatrimestral, firmado por Eduardo Blasco y Miguel Puga, también incluyen no solo la subida del precio de la energía sino la propia Guerra de Ucrania como motivos añadidos que justificarían algunos de los indicadores mencionados.