España ejercerá como país anfitrión en el 2023 en la cumbre de líderes que se celebrará en Santiago de Compostela y que reunirá a la Unión Europa, América Latina y el Caribe o ALC. Esta cumbre entre Europa y América Latina será la primera desde 2015.
El evento pretende reforzar lazos entre ambas regiones con España ejerciendo un papel clave entre dos mercados que aglomeran un total de 800 millones de consumidores.
Precisamente, la cumbre que tendrá lugar en el segundo trimestre del próximo año coincidirá con la presidencia española de la UE. El encuentro reunirá a los 60 responsables económicos y financieros de ambos lados del Atlántico.
España será el eje vertebrador en la cumbre que reunirá en 2023 a la Unión Europea con América Latina
Esta alianza birregional tiene como objetivo potenciar la relación entre Europa y Latinoamérica. En este sentido, España juega un papel fundamental no solo por los lazos del pasado, sino por las relaciones económicas y comerciales de las empresas nacionales con América Latina.
Y es que a pesar de la desaceleración inversora, nuestro país «sigue siendo el primero inversor europeo, y segundo mundial solo por detrás de EEUU«, tal y como recoge, el académico Ramón Casilda Béjar en un análisis publicado en El economista.
En dicha noticia, el experto en negocios internacionales y de América Latina analiza la nueva política relaciones entre los dos continentes.
En este sentido, y tal y como remarca, Ramón Casilda Béjar, la estrategia de España va en la misma línea que la de la Unión Europea con respecto a la ALC y que tiene como objetivo «frenar el avance de Rusia y más especialmente de China«, indica el economista.
La cumbre es una excelente oportunidad para fomentar los lazos entre regiones y avanzar en materia energética
En este sentido, nuestro país juega un papel fundamental como anfitrión no solo para potenciar las relaciones bilaterales entre ambas regiones, sino para ejercer como puerta de entrada o hub para reformar la paz y el desarrollo sostenible entre los dos continentes.

Así lo acordaron el pasado 27 de octubre en Buenos Aires, cuando los ministros de Exteriores de la UE y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños o CELAC se reunieron para mantener conversaciones en torno Renovación de la asociación birregional que se sostiene en tres áreas que son las siguientes:
- Recuperación económica sostenible e inclusiva después de la pandemia.
- Lucha contra el cambio climático e innovación y agenda digital.
- Multilateralismo y cooperación en materia de seguridad y protección de los derechos humanos.
La Unión Europea pierde peso económico y tecnológico en Latinoamérica frente al auge de China en la región
El Gobierno de España y Bruselas coinciden en la misma visión: las relaciones entre la UE y la ALCE o América Latina y el Caribe son diferentes a hace 30 años.
No obstante, los intereses de ambas regiones convergen en varios puntos: acelerar la entrada de inversiones y las empresas latinoamericanas hacia Europa, y europeas hacia América Latina.
Otro aspecto en el que están de acuerdo todas las partes es que el peso de la UE debe ser superior al actual, en especial, si Europa quiere competir con China y conseguir suministro de materias primas en Latinoamérica.
Es de sobra conocido que América Latina es un exportador nato de recursos naturales, y es que la economía de muchos países de la zona dependen de enviar materias primas al extranjero.
China se ha sabido aprovechar de esta situación invirtiendo en el continente más de 40 proyectos de diferente índole: económica, social, tecnológica e internacional, entre otras, tal y como indica el documento Polycy Paper sobre América Latina firmado por el presidente chino, Xi Jinping, en noviembre de 2016.
Reforzar el peso de Europa y potenciar las relaciones entre los dos lados del Atlántico es clave para el Viejo Continente que está necesitado de recursos energéticos. Los altos niveles de la inflación de la UE se deben, en gran medida, al gasto energético.
Europa y Latinoamérica se necesitan entre sí
La ALC puede ser una alternativa al gas ruso, pero para ello es necesario «reformular las relaciones económicas y comerciales con América Latina», tal y como apunta, el profesor Casilda Béjar.
Para ello, se debe diseñar una nueva «Nueva Política Económica Internacional» basada en los siguientes aspectos:
- Aportar una visión de futuro conjunta entre regiones.
- Fomentar las inversiones y relaciones comerciales entre la ALC y la UE.
- Potenciar a España como puerta de entrada de las inversiones y de empresas latinoamericanas hacia Europa y viceversa.
- Diferenciarse con china mediante un sistema de normativas.
- Aumentar el peso y la influencia de las instituciones.
- Sumar sinergias en un entorno internacional de inestabilidad y complejidad.
Conseguir todo esto pasa por un protagonismo de España que debería fortalecer las relaciones internacionales de las empresas europeas y nacionales y recuperar la relevancia perdida en los últimos años.