¿Sabías que el cultivo de algas es la alternativa perfecta para luchar contra el cambio climático? Las algas pueden absorber grandes cantidades de dióxido de carbono de la atmósfera y los científicos están convencidos de que son una poderosa herramienta para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Pero no solo eso, también tienen grandes beneficios para el ser humano, tanto a nivel industrial (como biocombustible) como a nivel social al poder usarse como alimento en dietas.

De hecho, la industria de estas plantas marinas tiene un potencial enorme como demuestra su exponencial aumento en décadas pasando de medio millón de toneladas al año a 35 millones anuales en 2022.

Es decir, han incrementado su producción hasta 15 veces en 50 años. Por otro lado, gobiernos como la UE cree que el sector de las algas tiene un potencial ecológico que se puede aprovechar para contaminar menos.

El potencial del cultivo de algas para mitigar el cambio climático

Aprovechar el poder de las algas puede desempeñar un gran papel en la mitigación de los efectos del calentamiento global.

Un claro ejemplo es la diatomea, un tipo de alga unicelular que genera una gran cantidad de oxígeno, lo que las hace útiles para el control de plagas en la agricultura y la jardinería.

Otro caso llamativo son las algas pardas, estas plantas son un agente natural contra el cambio climático al almacenar grandes dosis de CO2. Estas dos especies demuestran la eficacia de las algas en la lucha contra el cambio climático.

No solo eso, recientes investigaciones han demostrado que aprovechar el potencial de este tipo de planta acuática puede contribuir en gran medida a reducir las emisiones del sector agrícola en todo el mundo.

Esto se debe a que el cultivo de algas reduce la necesidad de usar tierra. Si tenemos en cuenta que la industria agrícola es una de las más contaminantes con hasta un 24% de emisión de gases de efecto invernadero, la ecuación es clara.

Si se reduce la cantidad de tierra para consumo humano, se contamina menos.

Esto se deriva de un estudio que ha realizado la universidad de Queensland. Dicha entidad confirma que el cultivo de algas podría minimizar el uso de tierra para alimentación en hasta 110 millones de hectáreas, dos veces lo que ocupa Francia.

La investigación de la universidad australiana también estima que el consumo de algas podría suponer el 10% de la dieta humana para 2050 si se invierte en dicha industria.

Los científicos han analizado más de 30 especies de plantas que podrían usarse como alimento y que pueden crecer sin problemas en el fondo del mar.

Indonesia y Australia, dos de los mejores países para cultivar algas

La superficie global para el cultivo de algas que cumpliría ciertos requisitos (cerca de poblaciones, disponibilidad y aguas tranquilas) es de unos 650 millones de hectáreas.

Las zonas más grandes están situadas en el océano Pacífico, en concreto, en Indonesia y Australia que tienen grandes superficies marítimas bajo su control.

Según el estudio, el cultivo de algas podría tener los siguientes usos:

  • Reducción de gases contaminantes.
  • Menor uso de agua y fertilizantes.
  • Diversos usos para alimentos, forraje y combustible.

El cultivo de algas marinas tiene el potencial de marcar una gran diferencia en la protección del planeta frente al calentamiento global. Con las medidas necesarias, podrían servir como instrumento para reducir los gases de efecto invernadero, aliviar la pobreza y, en definitiva, crear un futuro sostenible.

Por Ivan C

Editor en Unidema, https://www.superacion.net/