El impulso de la tecnología en 2023 es imparable, a la conocida IA como ChatGPT se le suman otros avances como la cadena de bloques (tecnología desarrollada por las criptos), el metaverso y el ordenador cuántico. Precisamente, la tecnología está más cerca que nunca, tal y como afirman desde Google Quantum IA. Pero, ¿Cómo funciona un ordenador cuántico y por qué esta tecnología es una realidad cada vez más cercana?
Los ordenadores cuánticos pretenden revolucionar la forma en que entendemos la informática y el cálculo de grandes datos.
¿Cómo funciona un ordenador cuántico y qué supone esta tecnología?
Un ordenador cuántico es un tipo de computador que utiliza la mecánica cuántica para realizar sus cálculos. Esto contrasta con los ordenadores tradicionales, que utilizan la mecánica clásica y funcionan en modo binario, pero en un solo estado.
Es decir, pueden tener el estado de 1 o 0, pero solo funcionan en un estado. En la mecánica cuántica, las partículas pueden estar en los 2 estados a la vez, tanto en 1 como en 0. En lugar de utilizar bits (que sólo pueden tener dos valores: 0 o 1), un ordenador cuántico utiliza qubits, que pueden tener valores de 0 y 1 simultáneamente, lo que se conoce como superposición cuántica.
El funcionamiento de un ordenador cuántico se basa en la manipulación de los qubits para realizar cálculos complejos de manera mucho más rápida que los ordenadores clásicos.
La potencia de cálculo de los ordenadores cuánticos es impresionante
Esto posibilita el manejo y cálculo de millones de datos. Permiten resolver problemas que serían imposibles de abordar con los ordenadores clásicos, como la factorización de números grandes y la simulación de sistemas complejos.
Como resultado, los ordenadores cuánticos son mucho más potentes que los ordenadores tradicionales.
Pueden utilizarse para resolver problemas antes irresolubles, como encontrar la mejor solución a problemas complejos como el cambio climático o trazar mapas de moléculas grandes y complejas.
Además, los ordenadores cuánticos podrían utilizarse para descifrar códigos de encriptación y descubrir información interesante, pero compleja cuando se analizan grandes conjuntos de datos.
En resumen, esta tecnología tiene el potencial de transformar muchos aspectos de nuestras vidas, desde la tecnología hasta la ciencia. Además, se espera que tenga importantes aplicaciones en campos como la criptografía, la inteligencia artificial y la simulación de sistemas complejos.
La tecnología cuántica sin errores está más cerca de lo que pensamos
El problema hasta ahora es que se la consideraba una tecnología lejana y a la que le quedaban años de desarrollo. En especial, a la hora de que no cometiesen fallos o errores. De hecho, uno de los mayores desafíos a la hora de desarrollar esta tecnología es evitar que cometiesen fallos.
Y es que hasta hace poco, empresas que están invirtiendo en ordenadores cuánticos como IBM o Google se encontraban con el reto de la corrección de errores que supone esta tecnología. Los científicos intentan constantemente encontrar formas de garantizar la exactitud de sus resultados, lo que dificulta la construcción de un sistema de computación cuántica digno de confianza.

Sin embargo, desde Google Quantum IA confirman que la solución a este problema está más cerca que nunca. Sergio Boixo, físico e ingeniero informático que forma del equipo de Inteligencia Artificial (IA) Cuántica de Google, lo confirma en una entrevista reciente.
Esto se debe en parte al descubrimiento de Google Quantum IA el pasado mes de febrero. En dicha investigación publicada en la revista Nature, el equipo de Google descubre un sistema de corrección de fallos para computación cuántica y a gran escala.
Esto supone una revolución y permite que un ordenador cuántico esté más cerca que nunca. El ingeniero español estima, que «estamos muy cerca» de la llegada de esta tecnología sin fallos y calcula un plazo de 2 a 3 años para ello.
El potencial de aplicaciones en el mundo real de los ordenadores cuánticos los convierte en una tecnología a tener en cuenta en el futuro y en un campo científico esencial al que seguir la pista. Aunque habrá qué esperar unos años hasta que no «cometan errores».